Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas; (2 Corintios 10:4)
Referencias:
Jeremías 1:10
Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, para arrancar y para derribar, para destruir y para derrocar, para edificar y para plantar.
Jeremías 23:29
¿No es mi palabra como fuego--declara el SEÑOR-- y como martillo que despedaza la roca?
Romanos 13:12
La noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz.
1 Corintios 9:7
¿Quién ha servido alguna vez como soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de su fruto? ¿O quién cuida un rebaño y no bebe de la leche del rebaño?
2 Corintios 6:7
en la palabra de verdad, en el poder de Dios; por armas de justicia para la derecha y para la izquierda;
2 Corintios 10:8
Pues aunque yo me gloríe más todavía respecto de nuestra autoridad, que el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción, no me avergonzaré,
2 Corintios 13:3
puesto que buscáis una prueba del Cristo que habla en mí, el cual no es débil para con vosotros, sino poderoso en vosotros.
2 Corintios 13:10
Por esta razón os escribo estas cosas estando ausente, a fin de que cuando esté presente no tenga que usar de severidad según la autoridad que el Señor me dio para edificación y no para destrucción.
1 Timoteo 1:18
Esta comisión te confío, hijo Timoteo, conforme a las profecías que antes se hicieron en cuanto a ti, a fin de que por ellas pelees la buena batalla,
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