El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
Referencias:
Deuteronomio 14:1
Vosotros sois hijos del SEÑOR vuestro Dios; no os sajaréis ni os rasuraréis la frente a causa de un muerto.
Oseas 1:10
Pero el número de los hijos de Israel será como la arena del mar, que no se puede medir ni contar; y sucederá que en el lugar donde se les dice: No sois mi pueblo, se les dirá: Sois hijos del Dios viviente.
Mateo 5:9
Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
Lucas 20:36
porque tampoco pueden ya morir, pues son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.
Juan 1:12
Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre,
Hechos 5:32
Y nosotros somos testigos de estas cosas; y también el Espíritu Santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen.
Romanos 8:14
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios.
Romanos 8:19
Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios.
Romanos 8:23
Y no sólo ella , sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.
Romanos 9:8
Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes.
Romanos 9:26
Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, Allí serán llamados hijos del Dios viviente.
2 Corintios 1:22
quien también nos selló y nos dio el Espíritu en nuestro corazón como garantía.
2 Corintios 6:18
Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
Gálatas 3:26
pues todos sois hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús.
Gálatas 4:6
Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre!
1 Juan 3:1
Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a El.
1 Juan 3:2
Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que habremos de ser. Pero sabemos que cuando El se manifieste, seremos semejantes a El porque le veremos como El es.
1 Juan 3:10
En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquel que no ama a su hermano.
1 Juan 5:10
El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado respecto a su Hijo.
Apocalipsis 21:7
El vencedor heredará estas cosas, y yo seré su Dios y él será mi hijo.
Notas:
1 Tesalonicenses 4:8
Por consiguiente, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo.
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