Todos han pecado
Romanos 3:9-109 ¿Qué pues? ¿Somos mejores que ellos? En ninguna manera, porque ya hemos comprobado a judíos y a griegos, que todos están bajo pecado.10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;
Referencias Cruzadas de Romanos 3:9:
Proverbios 20:9 ¿Quién puede decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?
Romanos 1:18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad;
Romanos 2:1 Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas.
Romanos 3:1 ¿Cuál es, entonces, la ventaja del judío? ¿O cuál el beneficio de la circuncisión?
Romanos 3:19 Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios;
Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios,
Romanos 7:14 Porque sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido a la esclavitud del pecado.
Romanos 11:32 Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos.
Gálatas 3:22 Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuera dada a todos los que creen.
Referencias Cruzadas de Romanos 3:10:
Salmos 14:1 El necio ha dicho en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, han cometido hechos abominables; no hay quien haga el bien.
Salmos 53:1 El necio ha dicho en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, han cometido injusticias abominables; no hay quien haga el bien.
Salmos 143:2 y no entres en juicio con tu siervo, porque no es justo delante de ti ningún viviente.
Romanos 3:11 NO HAY QUIEN ENTIENDA, NO HAY QUIEN BUSQUE A DIOS;
1 Juan 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros.
Salmo 139:7
¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia?
Salmos 139
1 Oh SEÑOR, tú me has escudriñado y conocido.
2 Tú conoces mi sentarme y mi levantarme;
desde lejos comprendes mis pensamientos.
3 Tú escudriñas mi senda y mi descanso,
y conoces bien todos mis caminos.
4 Aun antes de que haya palabra en mi boca,
he aquí, oh SEÑOR, tú ya la sabes toda.
5 Por detrás y por delante me has cercado,
y tu mano pusiste sobre mí.
6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
es muy elevado, no lo puedo alcanzar.
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