Abide.
Juan 6:68,69
Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente
Juan 8:31
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían
creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos;
Cantares 8:5
¿Quién es ésta que sube del desierto, Recostada sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; Allí tuvo tu madre dolores, Allí tuvo dolores la que te dio a luz.
Lucas 8:15
Mas la que cayó en
buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la
palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
Hechos 11:23
Este, cuando llegó, y
vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con
propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
Hechos 14:22
confirmando los
ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y
diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos
en el reino de Dios.
Gálatas 2:20
Con Cristo estoy
juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que
ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me
amó y se entregó a sí mismo por mí.
Colosenses 1:23
si en verdad
permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza
del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación
que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
Colosenses 2:6
Por tanto, de la manera que recibisteis a Cristo Jesús el Señor,
así andad en El;
1 Tesalonicenses 3:5
Por
eso también yo, cuando ya no pude soportar más, envié para informarme
de vuestra fe, por temor a que el tentador os hubiera tentado y que
nuestro trabajo resultara en vano.
Hebreos 10:39
Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma.
24 Lo
que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que
habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros
permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
26 Os he escrito esto sobre los que os engañan.
27 Pero
la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no
tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os
enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os
ha enseñado, permaneced en él.
28 Y
ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste,
tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él
avergonzados.
2 Juan 1:9
Todo
el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a
Dios; el que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al
Hijo.
Judas 1:20,21
Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
I.
Juan 6:56
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él.
Juan 14:20
En ese día conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
Juan 17:23
yo
en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que
el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado
a mí.
Romanos 8:9,10
Mas vosotros no vivís
según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios
mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de
él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia.
2 Corintios 13:5
Poneos a prueba
para ver
si estáis en la fe; examinaos a vosotros mismos. ¿O no os reconocéis a
vosotros mismos de que Jesucristo está en vosotros, a menos de que en
verdad no paséis la prueba?
Efesios 3:17
de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones;
y que arraigados y cimentados en amor,
Colosenses 1:27
a
quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria
de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la
esperanza de la gloria.
As.
Isaías 27:10,11
Porque
la ciudad fortificada será desolada, la ciudad habitada será abandonada
y dejada como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su
majada, y acabará sus ramas.
Cuando sus ramas se
sequen, serán quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquel no
es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá de él
misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.
Ezequiel 15:2-5
Hijo de hombre, ¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera? ¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque?
3 ¿Tomarán de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una estaca para colgar en ella alguna cosa?
4 He
aquí, es puesta en el fuego para ser consumida; sus dos extremos
consumió el fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá para obra
alguna?
5 He
aquí que cuando estaba entera no servía para obra alguna; ¿cuánto menos
después que el fuego la hubiere consumido, y fuere quemada? ¿Servirá
más para obra alguna?
Oseas 14:8
Efraín, ¿qué tengo yo que ver ya con los ídolos? Yo respondo y te cuido. Yo soy como un frondoso ciprés; de mí procede tu fruto.
9 Y
me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
10 Por
lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte.
Gálatas 2:20
Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la
vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Filipenses 1:11
llenos del fruto de justicia que
es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.