Entonces el SEÑOR Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente.
Referencias:
1 Corintios 15:45 Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida.
1 Corintios 15:47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo.
1 Timoteo 2:13 Porque Adán fue creado primero, después Eva.
Génesis 2:6 Pero se levantaba de la tierra un vapor que regaba toda la superficie del suelo.
Génesis 3:19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Génesis 7:22 todo aquello en cuya nariz había aliento de espíritu de vida, todo lo que había sobre la tierra firme, murió.
Job 4:19 ``¡Cuánto más a los que habitan en casas de barro, cuyos cimientos están en el polvo, que son aplastados como la polilla!
Job 33:4 El Espíritu de Dios me ha hecho, y el aliento del Todopoderoso me da vida.
Lamentaciones 4:20 El aliento de nuestras vidas, el ungido del SEÑOR, fue atrapado en sus fosos, aquel de quien habíamos dicho: A su sombra viviremos entre las naciones.
Ezequiel 37:5 ``Así dice el Señor DIOS a estos huesos: `He aquí, haré entrar en vosotros espíritu, y viviréis.
Notas:
Génesis 1:26 Y
dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del
cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que
se arrastra sobre la tierra.
27 Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
28 Y
los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la
tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las
aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra.
Salmos 8:4 digo: ¿Qué es el hombre para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre para que lo cuides?
5 ¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronas de gloria y majestad!
6 Tú le haces señorear sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto bajo sus pies:
7 ovejas y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo,
8 las aves de los cielos y los peces del mar, cuanto atraviesa las sendas de los mares.
5 ¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronas de gloria y majestad!
6 Tú le haces señorear sobre las obras de tus manos; todo lo has puesto bajo sus pies:
7 ovejas y bueyes, todos ellos, y también las bestias del campo,
8 las aves de los cielos y los peces del mar, cuanto atraviesa las sendas de los mares.
Hechos 17:24 El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay , puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres ,
25 ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas;
26 y de uno hizo todas las naciones del mundo para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitación,
27 para que buscaran a Dios, si de alguna manera, palpando, le hallen, aunque no está lejos de ninguno de nosotros;
28 porque
en El vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de vuestros
mismos poetas han dicho: ``Porque también nosotros somos linaje suyo.
Génesis 3:1 Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ``No comeréis de ningún árbol del huerto?
2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;
3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: ``No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.
4 Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis.
5 Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal.
6 Cuando
la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a
los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de
su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él
comió.
7 Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y
cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales.
Génesis 3:22 Entonces el SEÑOR
Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros,
conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y
tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre.
23 Y el SEÑOR Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado.
24 Expulsó,
pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y
una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el
camino del árbol de la vida.
Salmos 51:5 He aquí, yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.
Romanos 5:12 Por
tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte
por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres,
porque todos pecaron;
13 pues antes de la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa cuando no hay ley.
14 Sin
embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, aun sobre los que no
habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es
figura del que había de venir.
15 Pero
no sucede con la dádiva como con la transgresión. Porque si por la
transgresión de uno murieron los muchos, mucho más, la gracia de Dios y
el don por la gracia de un hombre, Jesucristo, abundaron para los
muchos.
16 Tampoco sucede con el don como con lo que vino por medio de aquel que pecó; porque ciertamente el juicio surgió a causa de una transgresión, resultando en condenación; pero la dádiva surgió a causa de muchas transgresiones resultando en justificación.
17 Porque
si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más
reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la
abundancia de la gracia y del don de la justicia.
2 Corintios 5:19 a
saber, que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo,
no tomando en cuenta a los hombres sus transgresiones, y nos ha
encomendado a nosotros la palabra de la reconciliación.
20 Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios!
20 Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios!
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